sábado, 6 de abril de 2013

PEQUEÑAS COSAS QUE PUEDE SER IMPORTANTES

Después de un tiempo inactivo en nuestro blog por circunstancias varias, quiero compartir con vosotros un aspecto importantísimo dentro del mundo de la educación (y, claro está, cómo desarrollarlo apoyándonos en las nuevas tecnologías). No es otra cosa que la inteligencia emocional.

No quiero entrar en la definición (cada uno tiene la suya), bibliografía (hay mucha), autores… No obstante, de forma sencilla la inteligencia emocional es la capacidad de reconocer las emociones en los demás y en uno mismo. Una vez sabemos qué siente la otra persona podremos gestionar esas emociones de manera adecuada.
Gracias a la experiencia del aula, uno se da cuenta de la importancia que toma este concepto en todas las etapas educativas. Es la tensión emocional de nuestros hijos, lo que conocemos de siempre como estrés.
Tanto para los más neófitos en el tema como para los que ya hemos leído bastante sobre él, recomiendo una aplicación para Ipad llamada:

Inteligencia Emocional con niños/as. De E-Learning Factory, S.L.
Precio: 2,99€
Idioma: español
Dirigida a padres y educadores

Aplicación que de manera sencilla y con ejemplos prácticos nos enseña a gestionar las emociones de los más pequeños.
 
Los secretos de la inteligencia emocional/ Allegro Visual Production, S.L.
Precio: 0,89€
Idioma: español
Dirigida a padres y educadores

Aplicación con teoría sobre el tema y ejercicios prácticos para desarrollar la inteligencia emocional. Contiene un apartado interesantísimo denominado ‘El top 10 de la gestión de las emociones’.

Desde la experiencia que acumula uno en las aulas (puede ser de años, o como decía un profesor mío de facultad, un año repetido varias veces) me atrevo a decir que cuando una actividad parte de la anécdota, de la broma, de un pequeño chiste, de una inocentada, y consigue arrancar en los alumnos una sonrisa, no sólo conseguimos su atención (algo nada despreciable) sino que el grupo se convierte en uno. El grupo de alumnos, la clase, se une, se prepara para el devenir de la actividad y desaparecen las rencillas, los comentarios negativos y consigue desarrollar una serie de capacidades antes impensables.
En este sentido, Punset afirma después de años de experiencia docente que “no hay aprendizaje sin entretenimiento”.

Algo así ocurre con ese payaso en la unidad de oncología infantil, con ese guiñol o teatrillo callejero en un barrio desfavorecido… PEQUEÑAS COSAS QUE PUEDEN SER IMPORTANTES.
Se trata de conseguir un ambiente único. Todos podemos meter humor en nuestras familias o en nuestros alumnos para afrontar conflictos, ansiedades, conseguir aceptación social, afrontar problemas específicos y, sobre todo, aprender a dar importancia sólo a lo que tiene importancia.

Para el desarrollo de esas emociones hoy día podemos apoyarnos en las nuevas tecnologías: aplicaciones, blogs, juegos… y cómo no, en los libros de toda la vida.
Hay proyectos (españoles) muy útiles y novedosos. Como el de la Universidad de Santiago junto a Continental Game, inmersos en el desarrollo de un juego para Wii sobre inteligencia emocional (http://elpais.com/diario/2010/06/15/galicia/1276597102_850215.html. (No tengo noticias de que haya salido aún al mercado pero todo es investigar y preguntar).

No hace mucho asistí a un curso sobre ‘inteligencias múltiples’ y descubrí que la inteligencia emocional es el resultado de dos inteligencias de las ocho reconocidas por Gardner: la interpersonal (capacidad de entender a otras personas, interactuar con ellas y entablar empatía) y la intrapersonal (capacidad de ver con realismo y veracidad cómo somos y qué queremos).
Nos falta introducirlas en nuestro día a día como metodología docente y fusionarlas con la tecnología para creer que puede haber un cambio significativo en la forma de educar a nuestros alumnos (es justo reconocer que ya hay centros en España inmersos de lleno en este cambio).

Sin más, espero haber despertado la curiosidad y la necesidad de retomar una y otra vez este tema en la educación de nuestros pequeños que, aunque sobradamente conocido, sigue siendo un aspecto a desarrollar en el sistema educativo: tanto en el institucional como en ese sistema más personal que cada uno de nosotros llevamos al aula.