Iniciativa y Confianza, o cómo Tuenti hizo más fácil -sí, más fácil- la adolescencia del friki.

Tengo la inmensa suerte de conocer personalmente y llamar amigo al autor de este blog; tengo la inmensa suerte de trabajar -con él- en lo que me gusta.

Y tengo la osadía de escribir sobre un tema que, a pesar de relativamente reciente, ya parece estar manido y escaso de soluciones y voces nuevas. Confieso que, desde prácticamente su implantación en España, uso con regularidad varias redes sociales, tanto profesional como personalmente. Confieso que, dada mi experiencia, cada vez me cuesta más encontrar cosas nuevas en ellas que me gusten, pero tambien admito que su fin último, su objetivo, su razón de ser, ha variado tanto y es tan personal de cada usuario que hacen de facebook, tuenti, twitter y demás joyas de la red-esfera tengan un componente positivo más bien soterrado, oculto en la maraña de riesgos y miedos que padres, profesores y jóvenes pueden desarrollar.

Ese fin último es la comunicación (directa, en tiempo real, desde el móvil, desde otro país, a veces enmascarada en la aparente intimidad del cotilleo a los muros y perfiles de los demás...)...

...y ese componente positivo es la autoestima en claro aumento que el "friki", el "pringao" (o como dicen mis alumnos, "el torrijo") saca de una red en la que tiene una vida nueva que explotar y que exportar... ya he conocido muchos casos de alumnos adolescentes que, ya sea por lo que controlan acerca de una red o por ser tremendamente ocurrentes parapetados detrás de un ordenador, aumentan sus habilidades comunicativas de forma exponencial. Ese aumento de su inteligencia social por usar ese banco de testeo que supone una interfaz social atractiva y llena de posibilidades, no debe ser percibida sólo como un potencial foco de abusos, acosos, ciber-bullying o humillación, sino también como catalizador de una imagen pública, que en la mayoría de los casos aflora antes digitalmente que en el tú a tú. No se me ocurriría obviar los riesgos y realidades desagradables que sí suceden a diario con jóvenes a los que, literalmente, se les machaca sin pausa. Por eso es tan sumamente importante que los padres no estén desconectados; Mi padre empezó a usar un ordenador porque vio que a mí me resultaba útil. Al borde de la treintena mi personalidad está ya curtida, mi autoestima descansa en colchón de plumas, pero que una madre o un padre, que no son nativos digitales, se arme de valor, se ponga el tuenti por montera y le dé a su hijo preadolescente unas nociones prácticas de prudencia, inteligencia e intimidad en la red, es una heroicidad al alcance de nuestra mano. Demonizar las redes sociales es como condenar el uso del correo electrónico: anacrónico, absurdo, carente de validez en una sociedad digital.

Como podréis suponer, tuenti y facebook son dos de las vías más utilizadas para proyectar "yo digital" en "yo real". Vamos, para quedar para tomar algo.

Ahora queda saber orientar el proyector y darse cuenta de que el "perfil original", el adolescente que baja la mirada en clase ante cualquier estímulo, tiene mucho más que ofrecer que su perfil en facebook, por muy desternillantes, agudos y ácidos que sean sus comentarios, enlaces y fotos.

Una red social puede edificar algo sólido, con las herramientas adecuadas y sin construir encima del fango. Y que así sea.